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Soledad Fontela |
La Red Especial Uruguaya, ONG que lucha por los derechos de las personas con discapacidad, abrirá a la brevedad el Centro Nacional de Servicios Inclusivos gracias al préstamo de una casa que oficiará como sede y a haber ganado el quinto concurso de proyectos CASI (Centros de Acceso a los Servicios de la Información) de Antel.Los CASI son telecentros comunitarios de acceso a internet que conforman un red impulsada por Antel y tienen como objetivo beneficiar a organizaciones, tanto públicas como privadas, con equipos informáticos, acceso a internet y capacitación. Cada ganador, esta vez fueron 20, recibe cinco computadoras, una impresora láser, un escáner, conexión a internet y exoneración de tarifas por dos años. Pasado ese período de tiempo, si la empresa considera que se está cumpliendo con lo prometido, se le transfiere a la contraparte la propiedad definitiva de los equipos. A su vez, otro de los beneficios es que se pasa a integrar la Red USI (Uruguay Sociedad de la Información) que persigue la reducción de la brecha digital entre los más y menos favorecidos.
Según Soledad Fontela, coordinadora de la red y esposa del director de la misma, Humberto Demarco, “armamos un proyecto sobre las cosas que vamos a hacer con esa sala de informática y nos presentamos en el concurso. Antel consideró que era viable, que lo iban a apoyar”. A su vez, consiguieron la sede del CENASI gracias a que el jefe de Victoria Tagle, tesorera de la ONG y funcionaria de la Armada, les donó la casa por tres años. “Pese a que él tiene una casa en un barrio más lindo no quería desprenderse entonces de esta forma le da una buena utilidad porque anteriormente, al estar abandonada, la ocupaban e incendiaban todo el tiempo” afirmó Fontela. Si bien el préstamo es renovable, el objetivo es comprarla y Tagle se va a encargar de la tarea pertinente. “Mi jefe además es un amigo y siempre nos tuvo consideración. La casa le trae muchos recuerdos porque allí vivía su madre”, aclaró Tagle.
Fontela considera que pasar a integrar la Red USI es todo un logro ya que “te da muchas posibilidades en cuanto a todo lo que se puede realizar a nivel virtual, pensando en poder llegar al interior, que es nuestra idea”. Una de las herramientas que la tecnología ofrece y para ella es fundamental consiste en el teletrabajo, que Uruguay tiene cada vez más en cuenta. Según sus palabras, “sería una apertura impresionante al mercado para la persona discapacitada porque nadie ve si del otro lado de la pantalla tú estás sentado en silla de ruedas o no”. Expresa que hay una gran necesidad de trabajar y que el 80% de las personas con discapacidad que están aptas y quieren hacerlo no consiguen empleo. “El Estado ofrece el 4% de las bacantes, que es muy poco y no se cumple. Es todo un tema”.
Demarco, quien quedó ciego hace siete años está actualmente en Japón realizando una capacitación sobre discapacidad intelectual. Antes de marcharse, decidió realizar un llamado para captar qué tipo de personas están interesadas en recibir qué cursos en el CENASI. Si bien ya tienen algunos proyectos armados sobre capacitación en inserción laboral y educación en derechos humanos, quieren escuchar las preferencias y necesidades de su público objetivo. “Nos están lloviendo propuestas de todo tipo de discapacidad y rango etario, y principalmente del interior en donde hay muy poca cosa”, dijo Fontela. Dentro de las actividades más solicitadas se destaca la inserción laboral pero fundamentalmente la realización de actividades lúdicas. “Buscan un lugar en donde encontrarse, recrearse con otros, sentirse parte de un grupo”.
El objetivo es que la sede se articule como un sitio de inclusión e integración de personas que se puedan ayudar unas a las otras sin importar la distancia generacional, social o económica. Además, la casa está a media cuadra de los asentamientos de Larravide, por lo que se apunta a que también asistan aquellos que poseen, según Fontela, “una vulnerabilidad social. Apuntamos a que no sea un gueto para personas discapacitadas sino para todo aquel que pueda sacar algún provecho y aportar”.
Si bien aun la casa se está reformando, la idea es comenzar a utilizarla lo antes posible. Como la Red está integrada por diferentes profesionales, entre ellos arquitectos y gestores de calidad de UNIT, los mismos se están encargando de la accesibilidad física del lugar. Según Fontela, trataron de que haya una integración entre los miembros que la forman, contando también al voluntariado. “Hay personas con discapacidad y sin discapacidad, personas del interior y de Montevideo y el número de mujeres y hombres está equiparado”.
En cuanto a financiación, el CENASI va a subsistir gracias al apoyo de particulares, de los proyectos que presentan continuamente, a socios que pagan $100 por mes y rondan en las 60 personas. “Muchos de ellos desinteresadamente porque no van a tener beneficios en cuanto a los cursos pero sí consideran importante contribuir con la causa” afirmó Soledad Fontela. Además, la red forma parte de una Red Iberoamericana integrada por diferentes países como España, Chile, Argentina y Panamá con los que se mantiene en permanente intercambio, con la diferencia que en ninguno de estos territorios se formó una ONG como en el nuestro.
La sede del CENASI está ubicada en Cubo del Sur 3824. Cuenta con tres habitaciones destinadas a recepción, sala de informática en donde se implementará el CASI y otra sala multiuso para satisfacer los pedidos de los usuarios mediante diferentes talleres.