Al otro lado del charco, como diríamos vulgarmente, la accesibilidad no está tan en deuda con sus ciudadanos. La gran mayoría de los ómnibus están adaptados para transportar a personas en silla de ruedas.
Además, todos los cordones están rebajados y presentan pavimento con superficies volumétricas para facilitarles el camino a las personas ciegas. Detalles como estos pueden no ser percibidos a diario o catalogarse como irrelevantes. Sin embargo, hacen la diferencia.
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